(Foto añadida por MATICES DE MI TIERRA)
por Carlos Estrada *
Más allá del caso reportado la primera semana de mayo acerca de niña de dos años muerta en Salta (norte del país) por cinco perros al ingresar a un predio vecino -aparente descuido de sus padres-, en abril pasado en Argentina hubo muchos hechos graves protagonizados por perros. Como ejemplo voy a mencionar únicamente la provincia de Entre Ríos: el 10 de abril murió una señora mordida por dos rottweiler en la ciudad de Paraná al retirarse de la vivienda el dueño de los animales y dejar sola a la mujer, encontrada rato después destrozada en un patio; en Concordia un niño de un año y medio sufrió heridas en la cabeza al ser agredido por un ovejero alemán; en el centro de Paraná un perro -presuntamente rottweiler- habría atacado a un señor que bajaba de automóvil con una mascota en brazos, resultando con profundas heridas al tratar de proteger su cuerpo; una anciana fue atacada por un dogo argentino que escapó de una vivienda, recibiendo mordeduras en la cara y un brazo. Trasladada a la guardia de un hospital le habrían aplicado veinte puntos de sutura en la frente y cinco puntos en labios y pómulos heridos; también en Paraná un señor que fue al domicilio de una funcionaria federal fue atacado por un furioso pit bull terrier cuando abrieron la puerta, sufriendo desgarros en una pierna y una mano, por lo que tuvo que ser internado de urgencia. Según comentarios, al ver a la víctima ensangrentada y caída, algunas personas golpearon duramente al animal con un palo y una cadena hasta derribarlo.
Debo aclarar que no hay razas peligrosas, sólo perros peligrosos que es diferente (entiéndase: con el vicio de morder por falta de control humano y los que están mal preparados para atacar), entonces no debemos discriminar razas y etiquetarlas como potencialmente mordedoras o “asesinas”, ya que las estadísticas demuestran que miles de personas en el mundo son mordidas por perros chicos y por mestizos.
En los casos graves de ataques de animales fuertes, estamos en presencia de más de un 9O % de tenedores irresponsables con fallas en la personalidad, motivo de la inestabilidad psicológica de sus perros; luego sigue el entorno familiar generalmente conflictivo. Son propietarios inescrupulosos e insensibles los que no controlan a sus perros y toleran que se conviertan en fea pesadilla para los vecinos.
Los perros musculosos y de mordidas de muchos kilos de presión son únicamente para personas capacitadas para manejarlos, es decir, con conocimientos suficientes para no convertirlos en asesinos a raíz de negligencias.
Al ingresar a un hogar estos animales aceptan a la familia como parte de una manada y pronto establecen un líder, al que obedecen y reconocen –no precisamente por miedo-, y ese “alfa” dominante del grupo debe ser el hombre.
Si las personas no están preparadas para criar Pit bull terrier, Rottweiler y Dogo argentino (entre otros) y sólo ven la mascota “de moda” para exhibir a los demás o el “guardián” para que atemorice a delincuentes, tarde o temprano sucederán desgracias. Vale decir, los peligros son los mismos con perros chicos, mestizos o grandes, la diferencia radica que el más fuerte hace más daño. Hay casos de pointer, caniches y cocker spaniel que han matado bebés y animales más grandes como ovejeros, dogos, pit bull y rottweiler que han matado personas adultas.
El entorno familiar debe respetar los horarios de descanso y comidas de los animales, no sobresaltarlos, no molestarlos, vigilar sus estado de ánimo, su salud y no alterarlos con movimientos de visitas, órdenes, ruidos, gritos, corridas, excesiva música o televisores en alto volumen.
Aclaro que en el campo tengo más de catorce ejemplares adultos para guardia: Dogo argentino, Dóbermann, Ovejero alemán, Collie (pastor escocés), Bóxer, Bull terrier, Pit bull terrier y otros, en lugares amplios, pero algunos obligadamente separados, y en el departamento me acompañan un pit bull terrier y un Chow importado, musculoso y de tremenda mordida, también separados y cuidados, además los paseo dentro de máximas medidas de seguridad. Llevo decenas de años estudiando comportamiento animal (trato directo con tigres, leones, leopardos, lobos, perros, etc., y no termino de aprender y sorprenderme).
Las peleas familiares, las burlas, caricias insistentes e inoportunas no los forman “sociables”, los hacen nerviosos y terminan fijando enemigos que no olvidan.
Cuando el “guía” se retira de la vivienda –si es reconocido como “alfa”- un perro ocupará su lugar, excepto respete mucho a otra persona, lo que es poco frecuente y en algún momento por sorpresa demostrará rebeldía o un inesperado acto violento como aviso que él “manda” en ese territorio. Cualquier palabra, gesto o desplazamiento humano equivocado puede desencadenar la reacción de un animal de carácter, máxime contra personas ajenas al domicilio porque para él son de otra manada, más allá que en presencia del dueño su conducta sea mansa y “cariñosa” con las visitas.
Los perros muerden por cuestiones territoriales, por comida, dolor, crías presentes, por celo ante otros perros, interferir en sus juegos, ser molestados, provocados, alterados por ruidos de motores, por miedo, corridas de personas (frecuente en la calle), etc.
Conste que me inicié con científicos de diferentes especialidades (etólogos, entomólogos, biólogos marinos, herpetólogos, antropólogos, aracnólogos, zoólogos de áreas oficiales, veterinarios que dirigieron reservas en Europa, África y Australia, ornitólogos, expertos en canes de Alemania, etc.); he sido herido por perros, caballos, lobos, osos, leones, águilas, serpientes, etc., con muchas internaciones de urgencia, prácticamente desangrado, he estado en terapia intensiva, en una ocasión seis meses con mitad del cuerpo casi paralizado, varias cirugías (algunas en estado desesperante), un daño irreversible por ataque de león, innumerables fracturas de huesos, cortes de venas, perforaciones, desgarros, mordeduras de monos con rabia selvática, diferentes agresiones de especies venenosas, etc.
Colaboré durante décadas con magistrados, fui columnista de importante revista jurídica dirigida por un ex fiscal federal y asesoro estudios jurídicos en temas de animales y otros asuntos; fui criador de razas grandes, ex instructor canino –con certificación de la institución de cinofilia más importante del mundo- con varios centenares de ejemplares adiestrados en rastreo y defensa (comencé de chiquilín en la década del ‘6O), ex ayudante de juez internacional de pistas en exposiciones, ex asesor de centros de crianza y división perros, experto en manejo de fauna salvaje con incautaciones de reiterados millares de pieles, cueros y especies vivas contrabandeadas, todo valuado en muchos centenares de millones de dólares, dedicado a actividades ecuestres, asesor en asuntos equinos de centro cultural y tradicionalista y de establecimientos rurales, con rescates de más de 5OO caballos del maltrato y actos de cuatrerismo, estudioso del comportamiento animal y técnicas de rehabilitación, con numerosos trabajos publicados acerca de guepardos, panteras, equinos, perros, serpientes y arácnidos. Documentada trayectoria pública desde 197O, varias certificaciones oficiales y científicas y máximos reconocimientos internacionales que figuran en libros europeos, versiones taquigráficas legislativas, decenas de cables de AFP en décadas del´8O y ´9O, en revistas jurídicas y de ecología, revistas de reparticiones nacionales y provinciales y menciones en muchos centenares de diarios de todas partes, por ende, creo tener suficientes conocimientos para opinar acerca de agresiones y conducta animal.
CARLOS ESTRADA * escritor, periodista de investigación y proteccionista independiente de fauna salvaje)
Buenos Aires, Argentina, 4 de mayo de 2011.
NOTA: los distinguidos seguidores de este blog deben disculparme por reiterar en algunos artículos lo referente a trayectoria pública y reconocimientos documentados. Mi proteccionismo no es fundamentalista, no es fanático, es racional, inclinado hacia lo científico, y cada escrito pretende dejar enseñanza; sabemos que el público que lee páginas de internet y el que busca temas específicos no es siempre el mismo, entonces debo fundamentar, entrar en detalles y demostrar que no toco la guitarra desde afuera, es decir, que opino desde probada idoneidad y sólo de aquello que conozco desde adentro por experiencias directas, iniciado junto a destacados científicos y especialistas de mucho prestigio, varias décadas de duros trabajos realizados, estudios en todo tipo de terrenos y climas con riesgosas comprobaciones personales.
por Carlos Estrada *
Más allá del caso reportado la primera semana de mayo acerca de niña de dos años muerta en Salta (norte del país) por cinco perros al ingresar a un predio vecino -aparente descuido de sus padres-, en abril pasado en Argentina hubo muchos hechos graves protagonizados por perros. Como ejemplo voy a mencionar únicamente la provincia de Entre Ríos: el 10 de abril murió una señora mordida por dos rottweiler en la ciudad de Paraná al retirarse de la vivienda el dueño de los animales y dejar sola a la mujer, encontrada rato después destrozada en un patio; en Concordia un niño de un año y medio sufrió heridas en la cabeza al ser agredido por un ovejero alemán; en el centro de Paraná un perro -presuntamente rottweiler- habría atacado a un señor que bajaba de automóvil con una mascota en brazos, resultando con profundas heridas al tratar de proteger su cuerpo; una anciana fue atacada por un dogo argentino que escapó de una vivienda, recibiendo mordeduras en la cara y un brazo. Trasladada a la guardia de un hospital le habrían aplicado veinte puntos de sutura en la frente y cinco puntos en labios y pómulos heridos; también en Paraná un señor que fue al domicilio de una funcionaria federal fue atacado por un furioso pit bull terrier cuando abrieron la puerta, sufriendo desgarros en una pierna y una mano, por lo que tuvo que ser internado de urgencia. Según comentarios, al ver a la víctima ensangrentada y caída, algunas personas golpearon duramente al animal con un palo y una cadena hasta derribarlo.
Debo aclarar que no hay razas peligrosas, sólo perros peligrosos que es diferente (entiéndase: con el vicio de morder por falta de control humano y los que están mal preparados para atacar), entonces no debemos discriminar razas y etiquetarlas como potencialmente mordedoras o “asesinas”, ya que las estadísticas demuestran que miles de personas en el mundo son mordidas por perros chicos y por mestizos.
En los casos graves de ataques de animales fuertes, estamos en presencia de más de un 9O % de tenedores irresponsables con fallas en la personalidad, motivo de la inestabilidad psicológica de sus perros; luego sigue el entorno familiar generalmente conflictivo. Son propietarios inescrupulosos e insensibles los que no controlan a sus perros y toleran que se conviertan en fea pesadilla para los vecinos.
Los perros musculosos y de mordidas de muchos kilos de presión son únicamente para personas capacitadas para manejarlos, es decir, con conocimientos suficientes para no convertirlos en asesinos a raíz de negligencias.
Al ingresar a un hogar estos animales aceptan a la familia como parte de una manada y pronto establecen un líder, al que obedecen y reconocen –no precisamente por miedo-, y ese “alfa” dominante del grupo debe ser el hombre.
Si las personas no están preparadas para criar Pit bull terrier, Rottweiler y Dogo argentino (entre otros) y sólo ven la mascota “de moda” para exhibir a los demás o el “guardián” para que atemorice a delincuentes, tarde o temprano sucederán desgracias. Vale decir, los peligros son los mismos con perros chicos, mestizos o grandes, la diferencia radica que el más fuerte hace más daño. Hay casos de pointer, caniches y cocker spaniel que han matado bebés y animales más grandes como ovejeros, dogos, pit bull y rottweiler que han matado personas adultas.
El entorno familiar debe respetar los horarios de descanso y comidas de los animales, no sobresaltarlos, no molestarlos, vigilar sus estado de ánimo, su salud y no alterarlos con movimientos de visitas, órdenes, ruidos, gritos, corridas, excesiva música o televisores en alto volumen.
Aclaro que en el campo tengo más de catorce ejemplares adultos para guardia: Dogo argentino, Dóbermann, Ovejero alemán, Collie (pastor escocés), Bóxer, Bull terrier, Pit bull terrier y otros, en lugares amplios, pero algunos obligadamente separados, y en el departamento me acompañan un pit bull terrier y un Chow importado, musculoso y de tremenda mordida, también separados y cuidados, además los paseo dentro de máximas medidas de seguridad. Llevo decenas de años estudiando comportamiento animal (trato directo con tigres, leones, leopardos, lobos, perros, etc., y no termino de aprender y sorprenderme).
Las peleas familiares, las burlas, caricias insistentes e inoportunas no los forman “sociables”, los hacen nerviosos y terminan fijando enemigos que no olvidan.
Cuando el “guía” se retira de la vivienda –si es reconocido como “alfa”- un perro ocupará su lugar, excepto respete mucho a otra persona, lo que es poco frecuente y en algún momento por sorpresa demostrará rebeldía o un inesperado acto violento como aviso que él “manda” en ese territorio. Cualquier palabra, gesto o desplazamiento humano equivocado puede desencadenar la reacción de un animal de carácter, máxime contra personas ajenas al domicilio porque para él son de otra manada, más allá que en presencia del dueño su conducta sea mansa y “cariñosa” con las visitas.
Los perros muerden por cuestiones territoriales, por comida, dolor, crías presentes, por celo ante otros perros, interferir en sus juegos, ser molestados, provocados, alterados por ruidos de motores, por miedo, corridas de personas (frecuente en la calle), etc.
Conste que me inicié con científicos de diferentes especialidades (etólogos, entomólogos, biólogos marinos, herpetólogos, antropólogos, aracnólogos, zoólogos de áreas oficiales, veterinarios que dirigieron reservas en Europa, África y Australia, ornitólogos, expertos en canes de Alemania, etc.); he sido herido por perros, caballos, lobos, osos, leones, águilas, serpientes, etc., con muchas internaciones de urgencia, prácticamente desangrado, he estado en terapia intensiva, en una ocasión seis meses con mitad del cuerpo casi paralizado, varias cirugías (algunas en estado desesperante), un daño irreversible por ataque de león, innumerables fracturas de huesos, cortes de venas, perforaciones, desgarros, mordeduras de monos con rabia selvática, diferentes agresiones de especies venenosas, etc.
Colaboré durante décadas con magistrados, fui columnista de importante revista jurídica dirigida por un ex fiscal federal y asesoro estudios jurídicos en temas de animales y otros asuntos; fui criador de razas grandes, ex instructor canino –con certificación de la institución de cinofilia más importante del mundo- con varios centenares de ejemplares adiestrados en rastreo y defensa (comencé de chiquilín en la década del ‘6O), ex ayudante de juez internacional de pistas en exposiciones, ex asesor de centros de crianza y división perros, experto en manejo de fauna salvaje con incautaciones de reiterados millares de pieles, cueros y especies vivas contrabandeadas, todo valuado en muchos centenares de millones de dólares, dedicado a actividades ecuestres, asesor en asuntos equinos de centro cultural y tradicionalista y de establecimientos rurales, con rescates de más de 5OO caballos del maltrato y actos de cuatrerismo, estudioso del comportamiento animal y técnicas de rehabilitación, con numerosos trabajos publicados acerca de guepardos, panteras, equinos, perros, serpientes y arácnidos. Documentada trayectoria pública desde 197O, varias certificaciones oficiales y científicas y máximos reconocimientos internacionales que figuran en libros europeos, versiones taquigráficas legislativas, decenas de cables de AFP en décadas del´8O y ´9O, en revistas jurídicas y de ecología, revistas de reparticiones nacionales y provinciales y menciones en muchos centenares de diarios de todas partes, por ende, creo tener suficientes conocimientos para opinar acerca de agresiones y conducta animal.
CARLOS ESTRADA * escritor, periodista de investigación y proteccionista independiente de fauna salvaje)
Buenos Aires, Argentina, 4 de mayo de 2011.
NOTA: los distinguidos seguidores de este blog deben disculparme por reiterar en algunos artículos lo referente a trayectoria pública y reconocimientos documentados. Mi proteccionismo no es fundamentalista, no es fanático, es racional, inclinado hacia lo científico, y cada escrito pretende dejar enseñanza; sabemos que el público que lee páginas de internet y el que busca temas específicos no es siempre el mismo, entonces debo fundamentar, entrar en detalles y demostrar que no toco la guitarra desde afuera, es decir, que opino desde probada idoneidad y sólo de aquello que conozco desde adentro por experiencias directas, iniciado junto a destacados científicos y especialistas de mucho prestigio, varias décadas de duros trabajos realizados, estudios en todo tipo de terrenos y climas con riesgosas comprobaciones personales.