ARGENTINA- EL INTENDENTE DE SANTA FE FUE DENUNCIADO POR AUTORIZAR JINETEADAS

por Carlos Estrada *

Santa Fe se ha convertido en importante rama del maltrato equino con total silencio de la prensa provincial.

El Intendente local (aparentemente socialista) autorizó la Primera Jineteada nocturna en el Molino Marconetti, zona del Puerto y jurisdicción de Prefectura Naval Argentina en esa capital, espectáculo denominado “Rumbo a Cayastá” realizado el sábado 12 de febrero pasado, asistiendo cinco tropillas para cincuenta montas.

Esto se suma a “autorizaciones” que han despertado profunda indignación contra este jefe comunal por permitir que circulen en calles y avenidas carros chatarreros tirados por caballos -contra dictados de la ley nacional No. 14.346- animales lastimados, maltratados y de dudoso origen.

Todo se enmarcaría en desmedidas ambiciones para ser elegido gobernador en las próximas elecciones, tratando de lograr “popularidad” en los cordones de pobreza (que siguen padeciendo hambre y enfermedades) y entre empresarios y gente del campo, usando como estrategia política y camino para obtener votos la tolerancia a diferentes formas de crueldad con equinos.

Las jineteadas tuvieron rápida luz verde porque dejarían dinero fácil a empresarios, organizadores y arcas oficiales, sin haberse tratado ni aprobado mediante votos en sesiones públicas legislativas (salvo en Santa Fe la Municipalidad resuelva estas cuestiones con total arbitrariedad).

Que los opinólogos no me hablen de “tradiciones”, todo se ha deformado, y como hijo de hogar patricio conozco mucho de campo, tradiciones, Patria y patrioterismo. Las jineteadas que antes se hacían respetando al caballo, hoy -salvo raras excepciones- constituyen actos que rayan la barbarie, donde los animales son preparados desde jóvenes atados a palenques, golpeados con látigos, con piquetes de espuelas y toques de electricidad en numerosos casos, para formarlos rebeldes e irascibles y servir durante muchos años en espectáculos comerciales. Si alguno se ablanda o amansa por miedo, como no puede tener otra utilidad por su arruinado carácter, es vendido por poco dinero a mataderos clandestinos para hamburguesas, carne de consumo interno sin ningún control sanitario comercializada en carnicerías de barrios humildes o preparada en empanadas mezclada con carne de vacas viejas en locales “habilitados”, incluso habría impunes exportaciones por fronteras, algo parecido pasa con los caballos heridos o enfermos procedentes de cordones de pobreza, usados en arrastre de carros chatarreros que caen vencidos por el dolor.

La Sra. Indiana Grilli secretaria de una agrupación que defiende a los caballos de Santa Fe, por iniciativa propia decidió la presentación de un Recurso de Amparo, tomando intervención un Juzgado de Primera Instancia, hecho importante que por algún interés o “resorte” político la prensa silenció.

La jefatura de la Municipalidad habría tenido larga audiencia de “conciliación”, asistiendo el Fiscal municipal, el secretario de Cultura de la Municipalidad , el organizador de la jineteada, el Procurador General y el principal tropillero, mientras en otro rincón de la oficina judicial estuvo la parte actora y su patrocinante, pero el destino estaba sellado: se impusieron los más fuertes y el magistrado sólo pudo “calmar” a las partes y dar algunos consejos.

Tuve el honor que el señor juez (a quien no conozco) me consultara de inmediato para tener elementos más precisos y estudiar el caso, fue así que le envié un análisis objetivo, no fanático, del tema de jineteadas y varios puntos para considerar, además se estarían violando incisos de dos artículos de ley nacional, resultando necesario estrictos controles durante las pruebas. El magistrado se dirigió por escrito a mi persona reconociéndome como investigador y conocedor de estos asuntos y agradeció mi asesoramiento.

Acompañado por un veterinario particular de su confianza, este miembro del Poder Judicial se presentó en el campo de la jineteada y habría revisado a todos los animales participantes, puso condiciones respecto al uso de espuelas y los organizadores expresaron que sería “descalificado” (¿sólo eso?) quien castigara en la cara a un animal.

Lamentablemente, la ignorancia de las autoridades municipales (yo diría actos insensibles a sabiendas) se puso en evidencia cuando hicieron estallar bombas de estruendo y pretendieron “alegrar” al público con fuegos artificiales, lo que asustó mucho a los sufridos caballos.

El disgusto de la señora Indiana Grilli (agrupación con veterinarios en su comisión directiva que no tiene lazos con otras entidades del país) fue que silenciaran su intervención contra la Municipalidad. Comenta que sólo hubo dobles discursos por altavoces donde los animadores del espectáculo decían al público “que el caballo de jineteadas no es maltratado”. La agrupación ha solicitado mi especial asesoramiento.

Indigna que oficialmente los animales no sean considerados como seres vivos que sufren y estos funcionarios públicos no entiendan que deberían inculcar el cuidado de los caballos y no permitir actos impunes de crueldad.

Por presunta “sugerencia” oficial los ciudadanos no fueron informados y se tapó la noticia (me refiero al recurso de amparo y concurrencia de personajes políticos e influyentes empresarios al Juzgado), de paso evitaron alertar a otros defensores de los animales.

Creí que había periodistas independientes acreditados en reparticiones oficiales dedicados a dar a publicidad estos temas, máxime que la novedad daba para un destacado título en portada, pero nada les importó el posible maltrato equino, actuaron con triste sometimiento a sus patrones o por amiguismos políticos.

Mis códigos son diferentes, ni verdades rengas ni ocultamiento de hechos importantes del momento, desapruebo los techos, no tengo preferencias políticas y no soy influenciable, por eso al enterarme casi sobre la fecha del evento y que sólo había propagandas para atraer turistas, hice un inmediato comunicado DESTACANDO LA LABOR DE ESA AGRUPACIÓN Y SU ENFRENTAMIENTO CON EL GOBIERNO SANTAFESINO y lo mandé a más de cincuenta medios de comunicación (prensa escrita, digital, numerosas radios, etc.) de la ciudad de Santa Fe, localidades vecinas y otras partes de la provincia, preguntando a los editores y directores a qué se debía no informar al público lo que estaba ocurriendo en Tribunales de Justicia, pero los mensajes anticipados cayeron en sacos rotos. Ahora, salir al ruedo con pretextos no sería honesto.

El poder es efímero y no compra ética. En muchas partes los funcionarios se burlan de los que defienden honestamente los derechos de los animales, pero el tiempo, Dios y la historia juzgarán insensibilidades y mezquinos comportamientos humanos.

Conste que respeto profundamente a todas las autoridades, ocurre que no comulgo con actos aparentemente arbitrarios y/o abusivos y el dolor de inocentes seres vivos no me causa alegría, sino vergüenza ajena.

Los proteccionistas de animales son muchos millares por provincia, más su entorno familiar y hay un derecho que deberían tener presente y ejercer, me refiero a votar con sabiduría para después no lamentar injusticias durante largos años y encontrar que les dan la espalda cuando reclaman gestos altruistas.

CARLOS ESTRADA *escritor, periodista de investigación y proteccionista independiente con documentada trayectoria pública desde 1970, certificaciones oficiales y científicas y máximos reconocimientos internacionales.
Buenos Aires, Argentina, 17 de febrero de 2011.