por Carlos Estrada *
PRIMERA PARTE
HAN PASADO varios meses, pero lo que voy a relatar no corresponde a un caso aislado sino a situaciones que se reiteran. Además comenzaron exposiciones equinas en algunas provincias y pronto llegarán las importantes a Buenos Aires..
UN CRIADOR de caballos criollos me invitó a visitar la 6ª Exposición Internacional Equina y de Industria Hípica "Nuestros Caballos 2010" realizada en la Sociedad Rural Argentina entre el 6 y el 11 de abril pasado.
DESCONFIÉ de la “gentileza” de este comerciante porque sabía que yo sería un duro crítico de cualquier acto de crueldad, además a través de décadas he probado ser idóneo en asuntos de caballos -bastante explicado en otros artículos publicados en esta página-, así que solicité por correo electrónico al departamento de Prensa de la exposición dos invitaciones.
AL LLEGAR a la Sociedad Rural el sábado 10 de abril cerca de la hora 15,40, el mencionado cabañero tenía sus celulares apagados y no me esperó en la puerta principal, el agrio personal de seguridad no permitía ingresar para hacer consultas, entonces tuve que dirigirme a la oficina periodística (publicitaron la muestra invitando por televisión a conductores de programas ajenos a este tipo de espectáculos), allí me informaron “no haber recibido el correo electrónico” (?) y que mi credencial de periodista “no era válida si no estaba acompañada por una nota del medio de prensa que representaba” (?); expliqué que quería publicar acerca del evento, entonces hubo “consultas” y aceptaron mi tarjeta personal a cambio de dos tickets de cartón color verde (uno N° 0441- 22005) que decían “Nuestros Caballos”- La Rural- Único Ingreso, debajo muy chiquito se podía leer, entre otras recomendaciones, una ironía: “se encuentra terminantemente prohibido alimentar o perturbar a los animales” (más adelante verán las razones de llamar a la prohibición una “ironía”).
LA SEGUNDA OFICINA a pocos metros era de la "Asociación Criadores de Caballos Criollos” donde conversaban cuatro o cinco presuntos empleados o personas ligadas a la entidad -por su ubicación se notaba que no eran ajenos al lugar-; me identifiqué como periodista y sin prestarme demasiada atención aseguraron desconocer expositores de la raza (pregunté por el criador que me había invitado) y dijeron no saber la ubicación de boxes de criollos (?), “pregunte en el comisariato” fue la descortés indicación. En el medio del pasillo estaba la Sección Informes y dos señoritas invitaban al público a “ir al subsuelo a comprar catálogos”, creo que a veinte pesos cada uno, es decir, cuadernillo con detalles de razas, categorías, cabañeros expositores, ubicación de corrales, etc. Con mi acompañante decidimos caminar (persona de un área oficial, que nació en estancia ganadera, donde tenían como todas las familias importantes de la época, una escuelita para niños pobres de pueblitos cercanos que dirigía su abuelo, siendo su papá el maestro).
La masa de público era impresionante.
DEBO ELOGIAR el excelente trato y el material informativo que obsequiaban en el stand de la Escuadra Azul y haras de la Policía Federal Argentina.
EN LAS RECORRIDAS observamos a muchos jóvenes vestidos al estilo “gaucho” (hoy son casi una imitación teatral del campesino de antaño), que conocían menos que nosotros acerca de ubicaciones de cabañas y razas.
APROVECHAMOS PARA comprar queso de cabra y de oveja, dedicando algunos momentos a mirar juzgamientos de caballos criollos (potrancas, yeguas, etc.) y la verdad es que cerca de la hora 20,40 nos retiramos desilusionados.
DEJO CONSTANCIA que no puedo generalizar porque mi visita fue el sábado 10 de abril por espacio de cinco horas, pero ese tiempo sirvió para detectar desorganización en algunos aspectos (conste que digo “algunos aspectos”) y demasiados animales tratados sin consideración en el sector “criollos”, es decir, SIGUE HABIENDO GENTE APARENTEMENTE INEXPERTA CONTRATADA (¿debido a sueldos bajos?). No estaban a la vista las debidas y elementales exigencias de los criadores. Detallo: PRESENTADORES QUE FUMABAN EN LOS BOXES -IMPROVISADOS DENTRO DE LOS SALONES- MIENTRAS ENSILLABAN CABALLOS PARA SALIR A LAS PISTAS. Demás está decir que el humo de cigarrillos no hace bien a los animales, máxime en un marco de estrés, manoseos, aire viciado en espacio cerrado con mucho movimiento de personas, ruidos de todo tipo y excesivas luces.
INDIGNADO PRESENCIÉ "destrezas" (giros) usándose innecesariamente gigantes espuelas metálicas (no trato de cuestionar la “tradición”, sino el hecho de talonearse excesivamente a los caballos), PEONES EXHIBIDORES QUE NO TENDRÍAN NINGUNA ESCUELA ECUESTRE NI SABRÍAN LO NECESARIO ACERCA DE MANEJO RACIONAL DE EQUINOS. Esto se nota al azotar permanentemente con riendas los flancos de animales para que adopten posturas y “despierten la atención de los jueces”. A colación: los que ocupan el rol de aparentes entendidos detrás de una mesa juzgadora (jueces y colaboradores) supongo que podrían reprochar a los presentadores sus actitudes histéricas que sólo lograban espantar a los caballos (algunos se levantaban sosteniéndose en dos patas y no precisamente para mostrar “belleza” y angulaciones) y esas “tolerancias” no significan juzgar con total sabiduría. CONSTE: CONOZCO PERFECTAMENTE LO QUE DEBE MOSTRARSE AL JUEZ, LO QUE DEBE VER EL JUEZ, LO QUE DEBE RENDIR UN CABALLO Y EN QUÉ CONSISTE CADA PRUEBA, ASÍ QUE NADIE VENGA CON MENTIRAS O ARGUMENTOS DIBUJADOS PARA DEFENDER LO INDEFENDIBLE, de todas maneras cada uno ve las cosas a su conveniencia, sabe lo que hace y por qué lo hace; es más, esos peones presentadores (o familiares de cabañeros) tironeaban las riendas y molestaban a sus animales con “golpecitos” en el hocico para que se mantuvieran atentos y con cabezas erguidas todo el tiempo, lo hacían casi automáticamente como “tic” nervioso -similar al comportamiento histérico de muchos expositores de perros-, A TAL EXTREMO QUE LOS ACOSOS SEGUÍAN VIGENTES YA SELECCIONADOS LOS EJEMPLARES Y MIENTRAS ESPERABAN EN UN RINCÓN DE LA PISTA LA ORDEN DE VOLVER A LOS BOXES. Quienes estén de acuerdo con estas prácticas y las amparen están muy lejos de lo que es idoneidad en asuntos ecuestres.
ANTE CADA PREMIO los que festejaban “orgullosos” y posaban para las fotografías eran los presentadores y cabañeros como si fueran ellos los “elegidos”. En realidad es el animal el verdadero ganador por una cuestión innata, genética, no exactamente por “grandes” esfuerzos del criador (tema largo de discutir y de detallar), verdad que los comerciantes que viven de los caballos –de todas las razas- nunca reconocerán. Por supuesto, en algunos haras hay permanente asesoramiento y control científico, con real mejoramiento de sangres equinas, ESPECIALMENTE EN EUROPA.
OBSERVÉ MÁS de veinte corrales con caballos que eran alimentados por el público y muchos más que no tenían vigilancia, animales que luego iban a la pista, es decir, niños que corrían de un lado a otro llevando comida a los equinos, padres alzando a sus hijos para que acariciaran sus hocicos, etc. Sólo un 35 % de ejemplares estaban controlados por peones o familiares de cabañeros, los restantes permanecían demasiado tiempo solos y si esto lo observamos un sábado de mucho público, no quiero pensar lo que habrá ocurrido días antes.
OTRO DETALLE para destacar es que la pista de juzgamiento tenía defecaciones sin presentarse personal de limpieza para recoger los excrementos.
LA SELECCIÓN DE GANADORES -como todas las competencias-, no siempre son justas e imparciales, suele haber “amiguismos”, preferencias y otros intereses en el medio. ACLARO QUE NO ME REFIERO A ESTA EXPOSICIÓN EXACTAMENTE, SINO A ENTRETELONES DE DIFERENTES COMPETENCIAS HUMANAS Y DE ANIMALES. Explico: 1) conozco la cuestión por investigarla desde adentro, 2) he presenciado innumerables discusiones violentas por juzgamientos dudosos, 3) recibo periódicamente información de fuentes confiables, 4) esto ocurre en competencias y presentaciones de todas las razas, 5) cuando un animal es elegido campeón en categorías aptas para reproducir, rápidamente hay colas de interesados con propuestas para servicios a fin de mejorar sangres con metas a obtener futuros ganadores, todo un millonario comercio y para eso previamente habría que “quedar bien” con determinadas personas (prometer alguna retribución interesante), 6) no siempre es así, pero la existencia de casos es una realidad innegable.
ANALICEMOS ESTO ¿vamos a negar que hay drogas en las carreras y añeja impunidad? las trastiendas secretas y juzgamientos con inconfesables vicios van a existir siempre, de igual manera son elegidos muchos actores que trepan rápidamente a la fama; los tramposos “padrinazgos”, el tráfico de influencias (sobornos), recomendaciones por amiguismos políticos, elección de algunos administradores de justicia, puestos en sindicatos, repartos de jefaturas de poder en áreas gubernamentales, distribución de comisarios policiales en jurisdicciones (por ejemplo, donde hay graves delitos y “peces gordos” ligados al poder no van a poner a un comisario incorrupto), igual directores y gerentes de empresas, etc., es decir, a los lugares importantes pocas veces llegan los más capacitados e idóneos ¿vamos a mentir y decir que todo es transparente y correcto en nuestro país? La historia y la actualidad demuestran la marginación e injusticias soportadas por grandes próceres, presidentes honestos (caso del Dr. Arturo Illia), políticos éticos, científicos de excepción, policías y jueces imparciales e insobornables, triunfando mayor porcentaje de trepadores mediocres porque los honestos han molestado siempre por opacar a los influenciables y serviles con precio. Los hombres honorables e idóneos no son elegidos porque su condición de justos no les permite convivir con irregularidades y corrupción; los hombres éticos y capaces no tienen vinculaciones con miserables y eso les dificulta caminos profesionales, aunque parezca increíble. Los “padrinos” influyentes llevan a gente afín a ocupar puestos destacados en diferentes áreas, entonces… ¿cómo podemos negar que animales con menores condiciones que otros lleguen a campeones? Hay que terminar con la hipocresía y los dobles discursos.
SIN IR MÁS LEJOS, los años me han dado conocimientos profundos y valiosas experiencias, con muchos seguidores incondicionales que admiran mi profesionalismo, independencia y obras de bien que concreto desinteresadamente, viendo paralelamente florecer en el camino a envidiosos, inútiles y algunos detractores que temen les pisen o descubran sus “quintitas”, los que se enloquecen cuando menciono mi currículum, reconocimientos y récords documentados jamás igualados; mucha gente sin idoneidad trepa escalones altos, “apadrinados” por un entorno también inescrupuloso, todos disfrazados públicamente de “entendidos” en algo, alcanzando fraudulentamente lugares que no merecen en entes ecologistas, direcciones de fauna, organizaciones, etc., (por supuesto, no sólo evito trato con una mayoría que es más de lo mismo, sino que no me propongo para ningún puesto y no necesito fama ni dinero, por ende, no quiero mezclarme con entes privados u oficiales donde siempre hay personajes que juegan a dos puntas). En todas las profesiones y niveles sociales ocurre lo mismo y los mejores no siempre son coronados por el éxito porque en nuestra sociedad las selecciones no son precisamente entre hombres honestos, todo es confuso y son moneda corriente los intereses de trastienda, el egoísmo, materialismo, los cambios de favores y los acomodos por amiguismos. Un médico de conocida rectitud y muy galardonado seguramente no será llamado -salvo raras excepciones- para dirigir grandes laboratorios, hospitales ni ocupar cargos en Salud Pública.
TRATO DE SER FIEL a principios mamados desde la cuna, he probado idoneidad profesional, genero las noticias -otros son “corre. ve y dile”, tocan la guitarra desde afuera, es decir, opino acerca de asuntos prolijamente estudiados, experiencias propias, investigaciones e intervenciones personales, denuncias efectuadas, etc., siendo fácil constatar que innumerables trepadores, improvisados y envidiosos rápidamente se nutren de trabajos y conocimientos ajenos y desde sus espacios pasan a ser “entendidos” en temas de animales y fraudulentamente usan sabiduría ajena y relatos de idóneos como si fueran “comprobaciones” propias, olvidando que es imposible transitar caminos parecidos, es decir, soy hombre de ciudad grande y también he vivido mucho tiempo en estancias de más de 10.000 hectáreas en la provincia de Córdoba, Misiones, Santa Fe y Buenos Aires, iniciándome en actividades ecuestres cuando muchos de los actuales “opinólogos” no habían salido del cascarón, igual otros mentirosos que hoy hablan demasiado de caballos y animales salvajes y los habrían conocido únicamente por fotografías o revisando libros de veterinaria (por supuesto, hay excepciones).