Carta a los críticos extremistas del gobierno



Escribe Julieta Hernández


   Estimados/as hace mucho que los vengo escuchando y leyendo, me doy cuenta la mala sangre que se hacen: rezongos, muchos rezongos.

El extremismo no sirve para establecer un equilibrio. El habitante argentino es difícil de conformar y encuentro gente que consideran al gobierno como a un Dios (intocable, perfecto, incuestionable) y por otro lado gente que consideran a la presidente un desastre (que todo lo que hace es incorrecto). Como vemos son 2 extremos que no sirven para crecer.


Quiero decirles (críticos/as extremistas del gobierno) que yo no pertenezco a ningún partido político y eso tal vez me permite valorar lo bueno de la gestión y criticar constructivamente lo malo (no con violencia, no con odio) porque quiero a mi patria.

Ningún gobierno democrático en la historia ha hecho absolutamente todo bien o absolutamente todo mal. Por eso cuando hay preferencias como si se tratara de equipos de fútbol se elabora una lista con todas las cosas buenas o todas las cosas malas realizadas por determinadas gestiones. Si repasamos la historia encontramos por ejemplo a personas fanáticas de Juan Manuel de Rosas y explican todo lo bueno que realizaba, pero aquellos que no lo querían repasan todo lo malo de su gestión.

En mi opinión digo que hay que salvar lo positivo y por supuesto hablar de lo negativo de las gestiones pero constructivamente (poner todo en la balanza) no ser extremistas porque no sirve.